Esta mañana he estado lanzando José y Ángel en Baldaio porque fue lo único que hicimos lances, un monton de mujeles delante de nosotros y luego alguna persecución de lubinas y de alguna aguja y luego vimos ataques de las lubinas, a los peones que por allí andaban a vueltas mientras a nosotros se iba el alma viendo aquello y mientras la niebla no se daba levantando y por veces caían una gotas.
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