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miércoles, 8 de junio de 2011

Quen dixo medo tendo dinamita.

Articulo publicado hoy en La Voz de Galicia, os dejo el enlace.

Pero a día de hoy siguen haciendo uso, han dejado patente las detenciones de meses anteriores.

Eran otros tiempos junio 1876.

Dinamita para las sardinas.

Desde su invención por Nobel, los pistones fueron habituales en las rías.

Diez años después de que fuera patentada por Alfred Nobel, la dinamita era vendida en Vigo por Pedro Arias. En junio de 1876, este industrial tenía la exclusiva del producto de la Sociedad Anónima Española de la Dinamita para las cuatro provincias gallegas. Este explosivo vivía sus primeros años todavía libre de limitaciones. Se vendía a 23 o a 16 reales el kilogramo dependiendo de su clase, y Pedro Arias hacía descuentos del 5% a quien realizase pedidos superiores a 500 kilogramos y del 10% a quien superase los mil kilos. «La dinamita que expide esta sociedad lleva en su envase la marca A. Nobel», rezaba la publicidad.

La Época recogía del 17 de septiembre de 1872 la realización de un experimento oficial realizado en Santoña con la aplicación de la dinamita a la pesca. Se empleó un haz de cinco cartuchos, con la mecha protegida por una cápsula metálica rodeada de sebo. La explosión produjo una columna grande de agua y una gruesa ola y «momentos después aparecían en la superficie del mar multitud de peces de todos los tamaños, atontados hasta el extremo de dejarse coger con un cedazo». La única preocupación del periodista era que «su uso generalizado» pudiese producir desgracias.

Pero el Estado sí consideró los problemas de sobreexplotación que suponía el uso de la dinamita y en agosto de 1876 establecía la primera limitación en el marco de un decreto que regulaba el uso de armas.
No sirvió de mucho que se amenazase con requisar el aparejo y multar a los infractores. El uso del explosivo se extendía ya desde el río Bidasoa, pasando por el Ebro, a la costa cartagenera o a la malacitana, donde en marzo de 1892 incluso se producía un robo masivo del producto con destino a la venta a los marineros.
En Galicia, no era mejor la situación. El periódico El Día del 22 de septiembre de 1893 recoge la detención de pescadores del Miño y del Sil que empleaban el invento de Nobel.

En Vigo la situación era tan grave que en julio de 1881 más de doscientos pescadores de la ría dirigían un escrito al Capitán General del Departamento Marítimo para que prohibiese el uso del boliche, el trabuquete y la dinamita. Mientras tanto, los accidentes por su utilización se suceden por toda España, con el accidente más grave en Tarragona, donde se producen cinco muertos de una misma familia.

La situación es tan descarada que en septiembre de 1884 la fragata Victoria fue saludada a su paso por Bouzas por el lanzamiento de cartuchos de dinamita «causando la muerte de infinidad de peces, hasta el punto que un solo chiquillo recogió quinientos».

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