Tras una vuelta a todo el puerto localice unos pocos entre los barcos grandes atracados enfrente a la lonja allí dí engañado a 4 de ellos pero no me gusto mucho la sensacion ya que entre el muelle y el barco tampoco tienes espacio para maniobras y trabajarlos en vertical en menos de nada se acaba la pelea.
Luego empecé a verlos a medias aguas pero ni caso le hacían a mi moscas, volví de nuevo a mi sitio preferido y alguno empezó a subir, como estaban muy muy recelosos, fui al coche y mire si me quedada algo de pan de otras veces y con el cuarto de bague que tenia recurrí al infalible cebado con pan, eso los activo y no solo a ellos las jodidas de las gaviotas también lo vieron y mientras no se comieron los cuatro trozos que quedaban por allí flotando ellas no se fueron y los monxes no volvieron a parecer, tras un rato el primero ataco y con muchas ganas que se trago la mosca hasta el fondo el resto vinieron por el labio como siempre.
Las xardas entraban en la punta del dique las estaban quitando con las plumas 4 o 5 por metralleta allá donde llegaban con plomos de pera de 50grs y lineas del 0,40 y dejándola bajar mucho, se hacían dobletes y algún que otro triplete cuando coincidían con el banco pero muy pocos, de 7 cañas todas a un tiempo solo habían sacado docena y media mas o menos en casi tres horas.
Algunos moxes estaban gordos como burros y otros estaban muy flacos muy flacos para muestra una foto.
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